Bienvenidos a la segunda entrada de Entrepreneurial Series. La historia de hoy es sobre The Pops Factory, marca creada por Clara Botero Fitzgerald, y cuyo producto son bombones o paletas de pastel cubiertas con chocolate, mejor conocidas como ¨Cake Pops¨.

Invité a Clara a que nos contara la historia del nacimiento y evolución de su empresa, The Pops Factory, pues es un gran ejemplo de cómo los momentos difíciles de nuestras vidas se pueden convertir en oportunidades para crear, crecer y explotar lo mejor de nosotros mismos.

Aquí les comparto la historia de The Pops Factory en palabras de su creadora.

“Un estomago hambriento, un monedero vacío y un corazón roto enseñan las mejores lecciones de vida”. Tal vez no hay nada que describa mejor el impulso para crear The Pops Factory que ésta quote.

Si han escuchado la historia de la famosa blogger británica que revolucionó las redes sociales a comienzos de este año, Katy Colins, sabrán que quien era su fiancé, terminó su relación faltando apenas unas semanas para su boda. Ella tomó la decisión de vender su casa, su vestido de novia, dejar su trabajo y recorrer el mundo tratando de huir de la mirada inquisidora de familiares, amigos y sus propios vecinos. Muchos la catalogan como ¨arriesgada¨, para mi, fue la inspiración perfecta.

Así empieza esta historia, con el mismo detonante que motivó a Colins a viajar por el mundo! Yo no vendí mi casa, pero traté de vender mi anillo de compromiso y créanlo, no me daban ni USD200 por el. Entiendo la actitud de Colins de huir ante los comentarios inoportunos de la gente diciendo: ¨Qué mal! Lo siento mucho¨. Me disculpan queridos lectores, pero para mi, Katy y yo nos salvamos de algo, ¿No creen?

Este fue “mi wake up call”. Después de que mi fiancé, con el que duré 3 años y con el que construí muchos planes de vida terminara nuestra relación, yo preferí crear. Así nació The Pops Factory.

The Pops Factory empezó como un proceso para reconocerme, para estar ocupada, para darme un espaldarazo, para tener unos dólares extra mientras hacía mi maestría en Montreal y de paso, como una excusa para comer chocolate sin remordimiento. Por ahí dicen que el chocolate aumenta las endorfinas, activa el ánimo y la vitalidad. Precisamente lo que yo necesitaba!

La idea surgió de mi amor por el chocolate, es casi una adicción! Además, la repostería es algo innato en mí. Sin embargo, cuando decidí crear mi empresa, me capacité con cursos sobre el manejo del chocolate y sobre decoración, todo con el objetivo de ofrecer el mejor producto posible. Pero no todo ha sido fácil. Emprender requiere mucho esfuerzo. En mi caso, lo más difícil ha sido posicionar el producto.

Hay mucha competencia en el mercado, pero la idea es buscar la manera en la que nuestros Cake Pops atraigan a la gente a través de un elemento diferenciador; sabores, empaques, decoración o servicio al cliente. Este último es particularmente importante y en The Pops Factory tratamos de dar respuesta inmediata a cualquier sugerencia o solicitud de quienes compran nuestro producto.

Por más difícil que sea empezar un emprendimiento, son los grandes pequeños logros los que te hacen querer seguir adelante. Para mi ese primer momento fue cuando participé con un stand en el Gran Premio de la Fórmula 1 en Montreal. Tal vez porque hubo personas que me compraron el primer día y regresaron los días siguientes a comprar más, lo cual indicaba que les había gustado mi producto.

The Pops Factory me ha dejado muchas lecciones, pero sobre todo a nunca darme por vencida, o como decimos en Colombia, a nunca ¨tirar la toalla¨. Es un emprendimiento que lleva muy poco. Hay temporadas buenas durante las cuales las ventas crecen, como ahora en navidad, otras no lo son tanto. Pero sin importar el momento, siempre estamos tratando de mejorar. Yo, por ejemplo, siempre le pregunto al cliente su opinión sobre el producto y pido sugerencias de mejora. También he aprendido a reconocer la importancia del marketing, sobre todo a través de las redes sociales. Es muy importante no ahorrar en esfuerzos para posicionar el producto, lo cual se traduce en aumento de clientes.

Con el tiempo, The Pops Factory se convirtió en una herramienta para esparcir alegría. Ese es el propósito principal de mi emprendimiento que nace en marzo del 2016 en Montreal, Canadá y que ahora ha llegado a Colombia para quedarse.

Los invito a seguirnos en Instagram y Facebook: “The Pops Factory”.